5 de octubre, 2014
Era primer domingo de mes, día en que usualmente la familia salía de paseo, pero él había decidido no ir ese día, en parte porque odiaba esos paseos y ya había agotado su cuota de salidas familiares con el cumpleaños número siete de su hermana menor y en parte porque debía dejar de posponer aquello que hace tanto retrasaba.
Al ser las diez de la mañana quedó sólo en casa y decidió empezar por ordenar su cuarto y por supuesto para lograrlo tuvo que poner música, entonces busco entre la colección de discos que tenían en su casa y escogió uno que decía tener 112 canciones pues ese de fijo le iba a alcanzar.
A la una de la tarde estaba terminando su labor y buscó qué comer. Era la 1:30 p.m., ya había terminado y seguía solo en casa. Cómo su madre cumpliría años al día siguiente, decidió ordenar también su cuarto como sorpresa de cumpleaños.
Empezó por sacar toda la ropa del ropero y allí al fondo encontró una libreta rosada que parecía tener unos diez años enterrada ahí. Movido por la curiosidad la abrió en la última página y no vio nada más que una letra desconocida que escribía una fecha y un número: 112. Se preguntaba que podía ser aquello. Continuó urgando en la libreta pero no encontró nada más interesante, así que la dejó en su lugar y siguió con su trabajo.
Aquella libreta no salía de su mente, de hecho fue a buscarla de nuevo y ahora vio un detalle que había pasado por alto: la libreta tenía un calendario del año 2006 y un círculo en rojo alrededor del primero de diciembre. Extrañado por la sucesión de coincidencias, decidió irse directamente a la última canción del disco y se encontró con que era de Lorenzo Antonio. Las dudas iban creciendo en su interior pero aún no lograba fabricar ninguna historia que tuviera sentido.
Decidió continuar con lo que estaba haciendo y en una de las gavetas encontró unos pétalos de rosa terriblemente marchitos que al parecer su madre guardaba quién sabe por qué. Su sorpresa fue aún mayor cuando en la última gaveta encontró un sobre azul que dentro contenía un fragmento de algo que parecía haber sido una carta en la que habían palabras muy borrosas y unas partes perdidas. De lo que estaba allí logró entender algo como esto:
"__ diciembre de 20
Sofía gracias por este tiempo maravilloso (pedazo faltante)
Estos días ___________________ mejor _______ (pedazo faltante)
Desde ahora, Isla _________ será nue...(pedazo faltante)
Tuyo por siempre,
(pedazo intencionalmente rasgado)"
En ese momento, muchas cosas se rompieron en su vida y no sabía si tendría el valor de hablarlo con su madre.
Cuando su familia llegó, Sofía traía feliz una rosa que su marido le había regalado en el viaje; al ingresar a la casa, accidentalmente la golpeó con algo y un pétalo cayó de ella; el joven lo tomó y caminó hacia donde estaba su madre y le dijo mostrándole el pétalo caído: "Mamá tenemos que hablar". En ese instante, la sonrisa se borró del rostro de ella y todas las dudas desaparecieron de la mente de él y lo terminó de embargar un sentimiento que no sabía cómo describir.